patxi perez

La calderilla

(Un día cualquiera) iba

yo pisando la dehesa

de un antiguo municipio

cuando volví en dirección

hacia el menudo e indigente

cenador que allí habitaba,

casi a la altura del frío

mis dos inconscientes manos

se me anduvieron tacañas

sobándome los bolsillos,

¡ah mis pequeños ladrones

devolvedme mis monedas!,

uno de aquellos dos forros

me di cuenta yo enseguida

cuando lo asomé afuera

seguro que tuvo hambre

y tragó la calderilla,

pues todavía seguía

con la boca bien abierta.