Ariello

El beso maldito

 

El beso maldito

 

Hincado de rodillas en el suelo

un hombre tembloroso y de amor lleno,

implora al Hacedor su Padre bueno:

¡piedad por lo que viene desde el cielo!

 

Vigilan sus amigos con recelo

el punto donde se halla el Nazareno,

y Él que siempre está manso y sereno

su sangre da en su eterno desconsuelo.

 

Oculta en las entrañas de la noche

Instada por la paga y el derroche

le   öbserva la sombra del proscrito

 

¡Es este mi maestro! el peregrino…

… y puso en la mejilla del rabino

aquel trascendental beso maldito.

 

Ariello

Derechos reservados