Mónica Ledesma Villegas.

PRÍNCIPE GATO.

Ya no habita en mi esa agobiante tristeza que me hizo perder alguna vez la razón.

Ahora estoy cubierta con el manto de la pasión y la inesperada ilusión con tu llegada mi buen turrón.

Ya no existen noches en vela, ni amaneceres tristes, las orquídeas ya no se tornan negras, el arcoíris ahora es un suave algodón que embellece de colores y hace florecer mi corazón y mis ojos redondos como nuestro señor el sol.

Con tus poemas día a día, tus palabras llenas de encanto y sabiduría, canciones románticas que me han hecho caer en llanto, caricias, besos, abrazos sinceros, sueños reparados, me han devuelto a la vida con tu inmensurable amor.

Somos dos seres humanos, con defectos y virtudes, de corazones que alguna vez fueron destrozados, con vicios como cualquier otro.

¡Pero qué importancia tendría esto!

Si al final, de algo hemos de morir… entonces que sea bajo el vicio de tus brazos amándonos mutuamente mi príncipe Gato.