Verano Brisas

MI ENAMORADA Y YO

Mi enamorada, hija del misterio,

lleva zapatillas de bronce y terciopelo,

oro, cobre o cualquier otro metal

que resista sus andanzas hechiceras.

 

En sus ancas de yegua mitológica,

seductoras como Afrodita en celo,

acomodo cada noche y cada día

mis atributos de sátiro insaciable.

 

Me gusta estimularla cuando ella

se convierte en cuadrúpeda lasciva:

leona, tigresa, perra o zorra

mientras busca seducir a los noctámbulos

con ademanes protervos e insinuantes

de damisela irresistible y laxa.

 

Así vencemos los dos al enemigo

que pretende el dominio de este reino

donde habitamos libertinamente

desde hace muchos siglos y milenios,

como amos exclusivos de la prostitución.