Rafael Rec

CUANDO LA PAZ REGRESA

“La maravilla es lo que tienen ahora,  no lo que recordarán más tarde, entre la neblina de la mente llorosa”.

MARIO BENEDETTI

 

Bastó una tarde

de embriaguez con la poesía

para ir dejando de pensarla

con tristeza

y de sentirla con dolor

y de sufrirla con la herida

que sangraba entre los surcos

de los versos que corrían

por las blancas hojas del papel,

sembradas  con amargas lágrimas,

 rimas, dolor y lejanías.

Y  fue dejando de vivir

su vida a medias,

cuando ignoraba esa alegría

que el vivir en paz  exige,

la misma que a la paz la vuelve vida.

Y  fue dejando de anhelarla por distante,

y por  presente en sus mañanas de diciembre

y por  ausente en sus crepúsculos de mayo,

y de quererla sujetar

 entre la niebla de sus tardes

y los desvelos de sus noches.

Reconquistó del corazón el paso firme

de sus latidos, sobresaltos y pasiones

y del furioso vendaval de frustraciones

que destrozaban en su mente la armonía.

Y  fue dejando de beber como un adicto

el trago amargo del veneno rencoroso,

de ese mismo que provoca despiadado

que las almas alienadas se entumezcan

con  inviernos que despiertan a la ausencia

cuando no se tiene a quien se quiere

llenando nuestros brazos,

ocupando nuestro espacio

y malgastando el sentimiento.

 

Será que ya de a poco ha recobrado

en un jardín soleado de su mente

alguna flor que luce intacta y tan perenne

y que cultiva para quererla

como

siempre

debió

quererla.

Será también que con su duelo

y con exequias  del amor enamorado

en un rincón del corazón ha cancelado

el amarla

como nunca

debió

haberla amado.