Maricel peña

El viento.

     El viento ha regresado      

llorando a mi ventana

revisa cada grieta,

de cierto me desgana.

 

El viento entra a la fuerza,

destrozando las lumbreras,

sin saber callar su queja

que parece ser eterna.

 

El viento me atormenta,

me pone de cabezas

estando así tan bravo

parece que me grita.

 

Aúlla como un lobo,

me altera me marchita,

me arranca las ideas,

el viento me las quita.     

 

El viento está molesto

y no sé cómo aquietarlo,

está como llorando,

su voz se escucha alto.

 

Me implora que lo deje

rasgarlo todo un rato,

me habla, me suplica,

no puedo consolarlo.

 

 Su voz es un lamento,

un llanto desolado.

el viento siente ahora

que su tiempo está marcado.

 

El hombre está borrando

memorias del pasado

destrozando cada historia

que el planeta ha cincelado.

 

El viento quiere herir,

devastar cada cimiento

levantado por los hombres,

que interfieren en su paso.

 

 El viento se ha aplacado,

no quiere estar ya bravo,

por hoy se ha terminado,

se siente muy cansado.

 

El viento está sereno,

susurra desahogado,

calmada está su brisa

que duerme en el tejado.