Verano Brisas

LO PROMETIDO ES DEUDA

Sé que Argos tiene cien ojos,

y que Hermes,

el más hábil de todos los ladrones,

ha de esconderte en una cueva oscura

para salvarte de mis ansias íntimas.

 

Podrás ser transformada incluso

en vaca lechera habitante de la Luna,

pero no escaparás de mis ardores

porque a donde vayas siempre iré

con mi ejército de falos invencibles.

 

Cuando el pájaro carpintero

llame la lluvia con su golpeteo,

el viejo roble estará de parte mía

y los pastores matarán los tábanos

que pretenden encrespar a sus ovejas.

 

El torcecuello anidará en los sauces

muy cerca de las fuentes cristalinas,

y las hadas-ondina, mientras tanto,

regarán los campos con su hechizo acuático.

 

Cada gota de agua, sin embargo,

la tendré contaminada y deletérea,

porque pienso zambullirte toda,

no en el mítico cauce de la Estigia

sino en las negras cavidades del silencio,

donde habrás de morar eternamente,

con el fin de que olvides el pasado

que tanto te atormenta y desespera

en tu mundo prosaico y de malicia.