Lu-na

Lagrimas de un ¨héroe¨

Eran lágrimas, eso que sentía moverse en mi rostro, bajar por mis mejillas, eran lágrimas, me sentía triste, derrotada e incompleta, me sentía en una frontera entre la cordura y la desesperanza, no podía más, ya no tenía fuerzas para nada más, excepto llorar. Ni siquiera me había percatado de mi visión borrosa, o diría mas bien no haberme percatado de que la razón eran lágrimas, se lo atribuí al cansancio, después de una larga jornada salvando vidas, pero jamás pensé que era la necesidad de ser salvada una vez al menos en mi vida, pensaba en cuantas veces morimos realmente a lo largo de nuestra existencia, unos día a día, otros contenemos más tiempo la respiración y soportamos periodos mas largos de agonía, pero vivos, luchando, hasta que finalmente morimos como el resto, pero todos, nos levantamos a la mañana siguiente con mas fuerza o con esperanza al menos de encontrar la fuerza, pero este día, este día es especial, no era mi día, no era mi momento de salto de fe y esperanza.

 

La noche estuvo llena de calma, físicamente ningún corazón dejo de latir en mis manos, el clima era cálido y lo mejor de todo, mi cabeza estaba sobre una almohada, sin llamados, no había sangre o heridas que limpiar, ni siquiera el vómito de algún extraño que se pasara de copas, era una noche silenciosa y lamentablemente solitaria, ¿Qué hacemos cuando nos quedamos en la soledad de nuestra mente? Dormí plácidamente y al amanecer me sentía diferente, mi cuerpo estaba descansado y lleno de energía, pero había algo dentro de mi que había cambiado, quizá no había cambiado, casi puedo jurar que siempre estuvo allí, pero lo había ignorado, ¡caray! Cuanto éxito había tenido ignorando esa soledad en mí. Y de pronto me percate que un corazón había dejado de latir dentro de mí, y no era característica de la profesión, no, era algo más, no era esa frialdad con la que uno debe ver a la muerte todos los días, era algo más, algo más allá de mi propio entendimiento, no es que me volviera fría de pronto o seca, por el contrario, era como si pudiera sentir cada molécula en el aire apuñalarme constantemente, pero no era solo dolor, era una profunda tristeza por todo lo que yacía muerto dentro de mi y miedo por aquello que agonizaba o gritaba en silencio.

 

Eran lágrimas solamente, solo sentía demasiado pero mi mente no pensaba, solo sentía y sentía como nunca sin poder controlar mis actos, ni el llanto, ni mi caminar, ni la respiración agitada, o el corazón acelerado, no podía controlar ese nuevo amanecer ni el pánico del que me había vuelto presa, todo se me escapo, estaba muriendo, pero nunca supe el por qué, ¿Cuál era mi diagnostico? ¿Estaba en mi cuerpo o en mi mente? ¿Como podía salir al mundo y diagnosticar extraños y no podía decidir que me estaba matando? ¿Qué clase de héroe anónimo era yo? Probablemente soy la clase de héroe que nunca estudia o practica sobre como debe morir.