Nestor Varela

Ascenso infinito

Cruzan mis manos tu melena Magdalena
mientras en el aire tibio se alzan aves carroñeras
y se pierden mientras flotan a lo lejos.

El camino angosto
se funde entre el verde
a la distancia,
se curva y se retuerce,
dando vuelcos como
una sierpe en agonía.

Sin pensarlo me hundo en sus entrañas,
que intentan escupirme a lado y lado
una
y otra
y otra vez.

Profundo respiro
iniciando un ascenso infinito
que sutilmente agota mi calma,
María desnuda mi delirio
en la brizna que transito
abstraído entre tus palmas.

Cruzo la quilla bruma del Andes
y en su dorso me detengo un poco
para recobrar el aliento, pero antes,
trémulo me percato y toco
las nubes son ahora el suelo,
cielo al revés.

Pierdo los ojos en el azul profundo
que se degrada entre montañas,
como mi anhelo de verte
una
y otra
y otra vez.