Tus días comunistas
dicen de tu angustia existencial
transida y grávida sueltas la melancolía
rosas rojas poblando tu bello venusiano
tras el cartel de cerrado no hay bien ni mal
solo lo baladí de la melodía
que escucho en la angustia de mi meridiano.
Alguien denotó que el cielo lloraba
las gotas aperladas de algodón de H2O
buscaban los surcos de las caras de los transeúntes
alguna que otra alcanzaba
las comisuras de tus labios renuentes
era yéndome en el torrente de tu sangre
liberando la madre selva de tus entrañas
yéndome por los atajos de las arañas.
Allí solté los gritos en medio de la nada
un manantial rojo es Siria la entrepierna árabe
sus cadáveres se juntan como una riada
los besos de sus mujeres dulce jarabe
de ágape que destilan sus fronteras
la guerra desarropo filosofías lisonjeras.
Vuelvo a tus días rojos
suelto mis manos para liberarlas de la muerte
solo el plantío de tu rosal
me devuelve la paz y seca el caudal
de tus bellos ojos
que no corrieron con tanta suerte
y murieron allende entre los bastidores del zarzal.