Miedo de verte 
y verte por miedo a no hacerlo más. 
Por temor a la ausencia de algo que nunca fuimos, 
algo que nosotros inventamos.
Miedo a la distancia que veo detrás de ti. 
A sus silencios. Crudos silencios 
que se han impuesto entre tu boca y la mía. 
Han envuelto nuestros labios que siguen buscando 
alguna mentira que parezca un beso, 
un te quiero sincero, un te amo.
Miedo a escucharnos para no escuchar al hoy 
que ya no quiere estar aquí 
o aun mañana que se asfixia, que muere.
Miedo de hacer el amor con el pasado que está tocando a mi puerta. 
A desnudar a tu fantasma de toda su verdad y quitarle su locura. 
De despertar a tu lado y no ver más que un sentimiento caduco, gastado, 
con el que deba disputarme esta realidad que hiere, que me ahoga, que te mata.
En fin… tengo miedo de estar solo. 
Y es irónico, porque estoy solo, 
sólo que tú estás aquí.