Mónica Ledesma Villegas.

TE COMENCÉ A QUERER SIN QUERER.

No desde el primer día, sino del quinto, sexto, quizás al mes, no lo sé…te comencé a querer sin querer, te mentiría si te digo que llevo la cuenta, de infinidad de veces que tanto, tanto, tanto amor mío, cada noche te clamé, estando sola, observando tu retrato, en silencio, imaginando quién en realidad podrías ser, tú, la persona de la que… poco a poco, ¡ah, joder!, la persona de la que me enamoré perdidamente sintiendo mi pobre corazón florecer.

Con gran ansia deseo, juntos, esperar algún día el anochecer, con la delicada pero fría brisa penetrando en nuestra piel, y al tenernos mutuamente, sentir el inmenso placer de volver a nacer.