Hadria

El DESTINO Y OTRAS COINCIDENCIAS.

 

 En algún lugar del planeta, se encuentra el valle más enigmático que puedas imaginar, no muchos saben cómo llegar a él, y los pocos que tuvieron el privilegio de estar ahí, lo llaman el valle del destino. Para muchos, este místico lugar no es más que una leyenda, no se sabe mucho sobre él, pero dicen los rumores que, si llegas a él, encuentras las respuestas que buscas, sin importar cuál sea tu pregunta.

Era hace una vez, dos almas que emprendieron un interminable viaje; una pintora que buscaba escapar de las sombras de una antigua desilusión, y encontrar una señal de un nuevo camino. Por el otro lado, tenemos a un poeta que partió en busca de su musa, y una razón por la cual seguir escribiendo; ya que sentía que sus versos habían perdido la noción, y sensibilidad que caracterizaba a cada uno de sus poemas.

En busca de un destino desconocido, tomaron un rumbo indeterminado que los llevo a pasar meses de cansancio, alimentación e hidratación limitada, pero ya era muy tarde para volver al camino a casa, así que se consideraban perdidos; claro, hasta que se encontraron uno al otro.

Era una tarde de sol, en el lugar más desolado que pudiesen pisar los humanos, ella caminaba en una vereda, y el decidió seguir a la misteriosa chica. se acercó, estaba a punto de hablarle, cuando ella cayo repentinamente en sus brazos.

Preocupado, trato de socorrerla buscando alguien que pudiese ayudar, la cargo y corrió y corrió hasta que no pudo más, pero todo fue en vano, así que paro en un lugar más fresco y llano que pudo encontrar, el cual estaba rodeado de un pequeño arroyo y tenía mucha vegetación.

Él estuvo ahí, cual valiente centinela observando y protegiendo por horas al más valioso de los tesoros, hasta que ella despertó cuando recién estaba anocheciendo.

- ¿Estas bien?

-Si, ¿Quién eres? Pregunto desconcertada.

- pues tu salvador, dijo petulante.

- ¿tu?, ¿salvarme la vida? uy, pues gracias dijo de una manera sarcástica.

- te desmayaste de pronto, ¿que se supone que debí hacer? ¿dejarte tirada en donde te encontré?

- me da igual si me ayudaste o no, yo puedo cuidarme sola. Y ni siquiera sé por qué hice este tonto viaje, mañana encontraré el camino de vuelta a mi casa.

- ¿Quieres que te acompañe? ¿Qué pasa si te vuelves a desmayar?

- solo estaba un poco agobiada por el cansancio, pero estaré bien.

- ¡bien!

El frío inundaba la noche, así que armaron una fogata entre ambos, y extendieron sus bolsas de dormir en el verde gramal del valle.

 

- Oye, disculpa por cómo me comporte hace rato, es solo que estaba aturdida.

- Descuida, ya lo olvidé. Cambiemos de tema, ¿sí?

- bien, entonces cuéntame. ¿Qué haces aquí?  Es decir, por lo visto no hay muchas personas en este lugar.

- pues… no lo sé en realidad, estoy buscando algo o alguien. Talvez otro cielo, otro horizonte.

- ¿para que buscas otro cielo? Solo observa arriba, que más pides con un manto de constelaciones inmenso, ¿qué más hermoso que esto?

- bueno… ¿y tú, que buscas?

-Pues en parte lo mismo que tú, un nuevo horizonte, talvez otra vida. Ya que la mía solía ser perfecta, pero a Dios y al destino les encanta reírse en mi cara.

- No digas eso, sabes…. cuentan los viejos sabios, que sea bueno o sea malo, debemos aprender a aceptar lo que la vida nos da, todo lo que por fortuna nos corresponde, nos llega. El destino nos llama, y tarde o temprano terminaremos encontrándonos con él.

Deberías de amar la vida, las cosas de la que está compuesta, las personas, los momentos felices. por eso es que nos aferramos a este mundo, por amor.

 -En parte, es algo bueno, ¿no?

es algo de mucho peso y muy valioso si nos hace aferrarnos a la vida. Pero, por otro lado; que lógica tiene aferrarnos a la vida, siendo la vida algo tan esporádico. Al final el amor, no vale la vida, no vale ni la pena.

 -El amor lo está en todo. Pero no un amor comercial y barato como el que se celebra el día de mañana. Si no la clase de amor que sabe trascender en el tiempo en la memoria.

 -Ese amor, ese que solo se encuentra una vez; ese que, aunque se haya marchado, no dejará vivir en paz a tus recuerdos, porqué sabes que nadie más te hará sentir esa impulsividad por aferrarte a la vida; porque sabes que no había mejor lugar en el que quisieras estar, que junto al lado de esa persona.

-Solo una vez?

¿Tú ya lo has encontrado?

- ¡Claro! o tienes acaso pruebas tú de que el alma tiene misericordia de nuestros sentimientos rotos? Incluso siendo ella la culpable de habernos inducido a enamorarnos perdidamente.

-Como todo es relativo, cabe la posibilidad que la prueba de ello sea yo. Pero aún no te has dado la oportunidad de averiguarlo.

 - ¡Que dices!

Me niego a creer que llegué hasta aquí solo para conocerte, o que te llegaste hasta acá, sólo para cuidar de mí.

¡Vaya treta del destino!

-mira, no te prometo bajarte la luna, pero prometo estar ahí para verla contigo mientras Dios nos preste vida. No prometo ser eterno, pero puedo convertir muestro amor en perenne tan solo con tus besos y mis versos.

-No te puedo mentir y decir que tus versos no me han movido en absoluto, pero no puedo irme solo porque si contigo. Que puede ofrecer una humilde pintora como yo, a un soñador y poeta de tiempo completo. Yo, que no tengo más que un corazón lleno de heridas.

 -Arriésgate de conocer por segunda vez el amor. De las heridas, yo y el tiempo nos encargamos de sanarlas.

¿qué dices?

Te invito a compartir juntos lo que nos resta de vida.

 

*Gracias al destino, ambos encontraron más de lo que buscaban y no les voy a decir que así termina esta historia, porque esto sólo es el comienzo*