Gerardo Barbera

LA NOCHE NÓMADA

 

 

6.

 

Quedé vacío,

sin pensamientos,

como roca seca,

con una taza de café

que nunca más tendrá el mismo sabor,

no hay cantos de aves,

ni un amanecer florido.

Ella está ahí

sin quejarse,

sólo tiene pasado,

los minutos de esa noche,

su mente está quieta,

sin miradas

y recordando el dolor

de su futuro incierto.

 

7.

Espero un rato,

y estoy otra vez

rodeado de sombras,

la luna silenciosa

ha vuelto perfumada

del frío de las rosas.

Trato de que me vea,

sonreír,

hablar de esperanzas.

¿Qué mirará la hija?

tal vez los lirios tristes,

o la medrosa oscuridad

de la noche nómada

que se ha quedado

en la ventana.