Alexandra L

Sueños


Puedes imaginar si acabaran los sueños,
no el sueño en que dormimos, por simple descansar,
si no los sueños bellos que adornan nuestras vidas,
que nos  hacen más fácil  la existencia en total.

Soñamos, cuando niños, cosas maravillosas
esas que la inocencia nos pudiera alcanzar,
entonces somos, hadas, príncipes o princesas,
o quizás los villanos de la historia da igual.

Luego vienen los sueños de nuestra adolescencia
impregnados de fuerza, de mucha voluntad
creemos en nuestros sueños ser los dueños del mundo
hasta que nos despierta la dura realidad.

Así llegan los sueños de jóvenes ansiosos,
de  logros, de carreras, de un amor de verdad
en un sueño vivimos las esperanzas nuevas,

que el día nos regala, antes de despertar.

Soñamos con los hijos, carne de nuestra carne,
los soñamos perfectos,  fiel al original
sin saber que tan solo seremos esa puerta,

por donde entran al mundo, continuando su andar.

Son solo nuestros hijos, no nuestra propiedad
y seguirán su paso rápido hacia el futuro
en donde ni en los sueños podemos visitar.

Después  llegan los sueños,

los duros los tremendos, los sueños casi siempre en pura soledad,
hasta el día que las Hadas nos lleven en un  sueño,
del que ya nunca, nunca podamos  despertar.