Enrique Obregon

Gesto ambulante

 

Las destilaciones de la noche

desembocan en las fauces

contra los sueños.

Impasible tormento

alzándose oculto en el vapor,

alzándose disimulando tranquilidad.

 

Un suave eco titila tras el horizonte

palabras sinceras, palabras tiernas;

mas el río tiembla aún de convicción,

anhela ser plena fe y olvido.

 

El roble oscuro de sus ojos cae a pliegues,

se descubre la soledad.

 

Horizonte a traspiés

estridencia en aplaque.

Una fe violenta emerge

trepidante sobre las olas,

 

una plena fe en el olvido.