Nasdlo F. Real

Vriengarut ( Esquizofrenario 2)

He atrasado el reloj con diez minutos

para llegar puntualmente tarde

a la cita que tengo conmigo en el andén,

espero no encontrarme

y haberme ido en el tren que parte a las seis.

 

Estaré esperándome solo en casa,

y mientras paseo tranquilo por la ciudad

encontraré una carta sobre mi mesa

donde me advierto llegar por la noche

para no desesperarme de esperar.

 

 

Creo que me iré a dormir,

me estuve esperando en el andén

pero nunca llegué,

y tuve que marcharme en el tren de las seis,

prometí llamarme una vez estando en casa

pero nunca contesté.

 

Estuve ansioso todo el día

me miré llegar a la hora de siempre

un poco apático, un poco insolente

como si algo me molestara,

así que preferí no discutir conmigo

y un poco confundido, me fui a acostar.

 

 

He recorrido la iluminada ciudad,

hice bien en no quedarme en casa

y no asistir como acostumbro al andén,

me he fastidiado demasiado

me discuto por cualquier cosa.

Espero separarme pronto de mí.

 

Ha llegado a casa

subí a la habitación y me miré dormido,

seguramente  cansado de esperarme.

Escucho ruidos en la sala

me hablo, me pido acudir al encuentro

estoy dispuesto a enfrentarme.

 

 

Me miré llegar a casa

seguí de largo sin voltear a verme

pero me he llamado,

me he estado esperando todo el tiempo.

Me miro, es él, soy yo,

me he retado a una partida de ajedrez.

 

Coloco el reloj, su espacio es el mío

subyugando al tiempo que comparto,

su mente, mi cuerpo.

Estamos solos, yo, conmigo, ausentes

inquietos,  como el peón que deslizo

y juego,

con la sombra de un hombre que ha muerto.

 

 

He despertado, sonrío.

Es mi cumpleaños,

hoy no pienso asistir a mi entierro.