Alexandra L

Nunca

 

Se escapa la palabra sorprendida
en medio de silencios escabrosos
canta el ciego  su triste letanía
en medio de la plaza, sin reposo.

Hace votos de fe el triste leproso
dejando en sus vestidos alimañas
librándose del monstruo que se ensaña
en devorar su carne poco a poco.

Más nunca encontrara paz en su gozo
ni pone pie delante con firmeza
el que nació cobarde, es una pieza
que el cazador tendrá siempre en su bolso.

Persigue el dolor a la tristeza
al ladrón el oscuro calabozo
el ebrio danza el vals de sus quimeras
encontrando en las copas su reposo.

La humanidad gritando sus histérias
tras máscaras gentiles bondadosas
cuidado con las rosas perfumadas
esconden 
las espinas venenosas.

Quien puede perdonar, sin perdonarse
y lanzar sin temor al cielo piedras
quien vende la amistad a un precio bajo
y  amontona monedas en su mesa.

No existe perfección en el humano,
Y no perdona, solo guarda y espera
porque quien ya te hirió, probó tu sangre
tratara de tomar segunda vuelta.