Entre tus muslos turgentes
-columnas de fino raso-
y por tus pitones paso
mi hábil lengua, ¡y qué ansia sientes!
Me pongo largos los dientes
yo también cuando así atraso
el definitivo paso
de los goces indecentes.
Precisamente por eso
cuando ejecuta su acceso
por fin mi cobra a tu gruta
es más fuerte el frenesí
venéreo en ambos que si
ipso facto lo ejecuta.
Osvaldo de Luis