Jose Adolfo

Nunca digas adios

El abrazo

supremo acontecer del alma

de la carne

de los anhelos

cita ineludible del ser

Escondidas lágrimas

disfrazan el viento

Al contacto de sus manos

los besos

desgajan dolores del silencio

En su pecho

refugio de vivencias

la magia

revolotea recuerdos

El verde

testigo confidente

te quedaste en mi

te llevo en mi alma

húmeda ahoga su lumbre

marca la despedida

Nunca me digas adiós mujer

que es una palabra triste

los amores que se quieren

nunca deben despedirse

última mirada