Morante

SUBCONCIENCIA

 

Aquella tarde
Las nubes no eran nubes
Eran personas y ángeles
A veces me sonreian
Con una dulzura entrañable
Diría
Que parecían Reyes o Zares
Uno de ellos
El del caballo blanco
Quizo tocarme
Pero no me dijo nada
Por miedo a equivocarse
Mis ojos se emocionaron
Con el hermoso paisaje
Que incluso alguna lágrima
Se escapó de su cauce
Que hermosa melodía
La de aquella tarde
Que hasta el niño
Que llevo dentro
Quiso volver a asomarse
Y volvió a jugar con los charcos
Que parecían cristales
Una paloma torda
Con un crespón negro azabache
Se posó al lado de mi niño
Y mi niño se hizo al aire
Se fue a jugar con las nubes
Que parecían mirarme
Y galopó en el caballo
De pura sangre
Aquella tarde
Yo en medio
El mundo aparte
El sol en el cielo
El agua en los mares
Y el niño que vive en mi
Volvió
Aquella tarde....

José Antonio Morante