Alberto Montes de Oca

La vida.

Yo era escritor y estaba enamorado de ella.

Ella era buena, aunque a veces me hacía pasar malos ratos;

era bella, aunque a veces se le veía algo sombría;

era luminosa, aunque todos los días

mostraba su lado más oscuro;

a veces era cálida, a ratos tal vez demasiado;

a veces se la veía triste y a veces era fría.

 

De vez en cuando lloraba,

pero eso la hacía inspirarse

y pintar nuevos cuadros.

Ella era artista: hacía música, pinturas,

hacía esculturas y bellas danzas.

Estaba enamorado de ella y,

un día, luego de muchos años juntos,

ella me dejó. Ella era la vida...