Ӈιρριε Ʋყє ☮

Camelos (Obra en un acto y una escena)

(Taller vacío. Sólo se encuentra Joaquín, barriendo. Entra AMALIA en ropa de calle)

JOAQUÍN – ¡Buen día, señora! ¡Qué temprano, para ser lunes! ¿Cómo está?

AMALIA – (Seca)  Buen día.

(AMALIA  esconde una cámara debajo del escritorio, del lado derecho)

AMALIA – Por favor, Joaquín, no vaya a tocar esto que es importante. Y caro. Ah, y por favor, fíjese de limpiar bien ese rincón, que hay una mancha de café derramado. Con barrer no alcanza.

JOAQUÍN – Despreocúpese, señora, ya lo limpio.

AMALIA – No, si yo no estoy preocupada por nada. En fin…

(Sale AMALIA. Después de un momento entra Oscar, de guardapolvo.  Enseguida vuelve a entrar AMALIA, ya de guardapolvo.)

AMALIA – Buen día, Oscar. ¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo tu fin de semana?

OSCAR – Como siempre. Disfrutándolo. ¿Vos como andás?

AMALIA – Contenta de volver a trabajar. A mí me gustan los lunes. Yo la paso bien acá, me divierto. Y hoy sospecho que será un lunes especial….

OSCAR – Te felicito que disfrutes del trabajo. Yo disfruto todo en mi vida, desde el momento en que me lavo las manos a la mañana, me miro al espejo y lo hago con una sonrisa. Hay que aprovechar todas las oportunidades que te da la vida para ser feliz.

AMALIA – (Fascinada) Que sabiduría que hay en tus palabras, Oscar. Cómo admiro ese optimismo que tenés siempre…

(Entra OLGA, de guardapolvo, con una bandeja con comida)

OLGA – ¡Hola gente! Miren lo que les traigo. Pasé recién por Contaduría y me choreé algunas cositas pa papear. (Amalia la mira con odio)

OSCAR – ¡Vamos Olguita, carajo! ¡Bien ahí! ¿Qué onda, están de festejo?

OLGA – Se jubila el viejo García. No sabés qué deprimente, boludo. El tipo se puso a llorar pidiendo que lo dejen seguir trabajando, que se pasó la vida acá adentro y ya no sabría cómo vivir sin la fábrica.

OSCAR – (Con sarcasmo) Claro. El tipo todavía tiene esperanzas de que alguna vez lo asciendan…

OLGA – ¡Cuarenta años en el mismo puesto! Nunca lo consideraron para nada. Y todavía dice que quiere seguir trabajando. Es para vomitar…

(A continuación, OLGA y AMALIA discuten entre ellas. OSCAR piensa en voz alta)

AMALIA – Para mí, García es un ejemplo a seguir. Un hombre desinteresado, que dio su vida por la empresa.

OLGA – ¿Ejemplo de qué? Ejemplo de pelotudo…  Ejemplo de una vida desperdiciada, tirada a la basura.

OSCAR – Si se jubila García quiere decir que queda un puesto vacante en Contaduría…

AMALIA – ¿Por qué desperdiciada? ¿Desperdiciada porque es un hombre útil para la empresa, útil para la sociedad?

OLGA – ¡Útil un cazzo! Útil para el patrón, que se llenó de plata explotándolo, como nos explotan a todos acá.

OSCAR – En Contaduría es donde está la acción.

AMALIA – Vos te sentís explotada porque no tenés la camiseta de la empresa.

OLGA – ¡Pero qué camiseta ni camiseta, boluda! Que me paguen el convenio, con eso me alcanza.

OSCAR - Capaz que ganan lo mismo que nosotros o apenas un poco más, pero tienen aire acondicionado.

AMALIA – En esta empresa nos tratan como si fuéramos familia.

OSCAR - Y café. Y es la vidriera. Contaduría es el paso para la gerencia…. Si sos vivo, claro…

OLGA – Ay Dios, Amalia. Me das náuseas…

AMALIA – Yo prefiero pensar que el día que me jubile, mi vida habrá tenido algún sentido…

OLGA – ¿Y vos te pensás que el sentido de tu vida te lo da ese guardapolvo, esa disposición bovina que tenés para dejarte explotar por el patrón? ¿Tu vida tiene sentido en esta rutina de engranaje? ¿No te das cuenta que te pasás el día esperando la hora de salida, la semana esperando el viernes, el mes esperando el día de cobro, y el año esperando las vacaciones, y así se te pasa la vida como un sorete por un caño, todos los días igual, todos los días igual, hasta que un día te jubilan como a García y después te morís? ¿Eso es lo que le da sentido a tu vida? ¿Esta monotonía de mierda? ¿Este laberinto de espejos?

OSCAR – Ehh, rescatate  loquita, bajá un cambio, no engranés.

OLGA – Es que esta forra me saca…

OSCAR – Calmate, dejala, no seas boluda. Dame un beso. Te extrañé este finde, tuve que marcar tarjeta con la flía. ¿Vos qué hiciste?

OLGA – Le dejé las pibas a mi vieja y me fui a bailar y conocí un tipo que con un poco de suerte y de maña me saca de acá, boludo…

OSCAR – ¡Vamos la Olgui, que en cualquier momento se nos casa, carajo! Ah que hacés Joaco, no te había visto…

JOAQUÍN – Buen día, señor Oscar. Buen día, señorita Olga.

OLGA – Hola Joaquito, ¿cómo andás?

JOAQUÍN – Bien, gracias…

OLGA – Joqui… ¿No te me vas a Contaduría y te choreás un café y me lo traés? Porfi…

(Sale Joaquín)

OLGA – ¿Y vos qué hiciste, Amalia? ¿Cómo estuvo tu finde?

AMALIA – Yo tengo una vida privada, fuera de acá. Pero no es para andar contándola… Es mi  vida…

OLGA – No me jodas Amalia que te conseguiste un novio. ¿Reemplazaste al  gato?

OSCAR – ¿En serio, Amalia, te levantaste un tipo?

AMALIA – No, Oscar. No.

OSCAR – Tenés que tener una alegría de vez en cuando, Amalia. Son muchas navidades y ninguna noche buena.

AMALIA – ¿No es hora de que nos pongamos a trabajar? Digo.

(Se sientan los tres a la mesa. AMALIA a la izquierda, OSCAR en el centro, OLGA a la derecha. Comienzan a repetir un trabajo monótono y absurdo. Cada tanto, OLGA se guarda una mercadería en su bolso. Todo queda registrado en la cámara.)

(OSCAR nota la maniobra de OLGA. Cuchichean.)

OSCAR – Epa…

OLGA – Shh, callate boludo. Tomá, encanutate uno vos también.

OSCAR – Todo bien, bebé. Hacé la tuya. Pero conmigo no cuentes. No me va…

OLGA – Como vos quieras… (En voz alta) ¿Y cómo estuvo tu finde, Oscar?

OSCAR – El sábado fuimos a la parroquia, porque la Peti juntó la ropa que ya no usamos y la donamos a Cáritas. Todos los años hacemos eso nosotros, con el cambio de temporada viste.

AMALIA – Es que vos sos tan bueno, Oscar…

OSCAR – Mirá, yo creo que lo que le da sentido a tu vida es hacer el bien. Indiscriminadamente, a cualquiera. Yo no sé quién va a recibir la ropa que donamos, pero con saber que alguien no pasará frío este invierno, a mi me alcanza para ser feliz…

OLGA – ¿Así que te pasaste el finde con la familia, Oscarcito?

OSCAR – Si, qué tiene de raro. El domingo después de misa llevé a los nenes al parque.

AMALIA – ¿Vas todos los domingos a misa, Oscar? ¡Yo también!

OSCAR – No. (Pausa) Decime Amalia, vos que conocés tanto la empresa. ¿A quién pondrán en el lugar de García?

(Entra Joaquín con un café y se lo deja a OLGA)

AMALIA – Lo usual es que asciendan al que hizo más mérito para la empresa. Después toman gente para los puestos más bajos.

OSCAR – ¡Joaquín, ésta es para vos, hermano! Si hay alguien que hace mérito acá sos vos…

OLGA – (Riéndose a carcajadas) ¿Te lo imaginás a Joaquín en Contaduría? Ya, quiero verte de corbata, Joaqui…

OSCAR – Pero mirá, Joaco, que si te ascienden tenés que dejar de escabiar antes de venir. Después, a la salida, te podés empedar tranquilo. Pero tenés que llegar fresco. Si no no da…

OLGA – Ah cagaste Joaqui. Si no te podés empedar antes de entrar, Contaduría no es para vos.

AMALIA  – Pobre, no lo molesten. ¿Saben lo difícil que es la vida para alguien como él?

JOAQUÍN – ¿Cómo yo? Y dígame, Amalia, ¿Cómo es la vida de alguien \"normal\", como usted? ¿Es fácil, o difícil?

AMALIA – A mi me gusta ser como soy...

JOAQUÍN – ¿Le gusta ser como es? ¿Le gusta ser una solterona amargada que ya se dio cuenta que perdió el tren? Y a usted, Oscar ¿Le gusta ser un hipócrita que se golpea el pecho los domigos en misa y después le mete los cuernos a su mujer? Y a usted, Olga ¿Le gusta ser la madre de dos hijas a las que no sabe cómo sacárselas de encima para no tener que decirles que le arruinaron la vida? Díganme... ¿Esto es lo que soñaron ser cuando eran chicos? ¿Ser lo que son ahora? ¿No les hubiese gustado ser exitosos... millonarios... talentosos... lindos? ¡Claro que si! ¡A todos nos hubiera gustado, a mi también! La única diferencia entre ustedes y yo es que ustedes todavía no se dieron cuenta de que ya se resignaron al fracaso, ya se conformaron con ser unos fracasados, ya se abandonaron a ser lo que son...

OSCAR – Joaquín, me parece que te estás zarpando, les estás faltando el respeto acá a las señoritas.

JOAQUÍN – Debe ser difícil verse al espejo, ¿no?

OSCAR – ¡Pero que atrevido que sos chabón! Rajá antes de que te haga iniciar un sumario...

(JOAQUÍN sigue barriendo. Los demás siguen trabajando un rato en silencio, pensativos. En un momento dado AMALIA se levanta y va a recuperar la cámara que había escondido.)

AMALIA – Bueno, ya está. Con esto creo que será suficiente.

OSCAR – ¿Y eso?

AMALIA – Tengo grabada en video toda tu maniobra de latrocionio, Olga. Se acabaron tus robos. Voy a denunciarte a la Gerencia.

OLGA – Pará, boluda. No seas pelotuda. Me vas a hacer echar.

AMALIA – ¿Echar? (Se ríe) No entendés nada. Vas a ir presa por esto. Sos una ladrona. Los ladrones van presos.

OLGA – Pero pará. ¿Por qué me hacés esto? Calmate, podemos llegar a un acuerdo.

AMALIA – ¡Ningún acuerdo! Yo no acuerdo con corruptos como vos. Acá se terminaron tus robos, ladrona de mierda. Se terminaron tus airecitos de superioridad.

OLGA – Tranquilizate, Amalia. Yo no te hice nada.

AMALIA – Ah, no, no me hiciste nada, claro. No a mí en particular, por supuesto. A la empresa estás dañando, y la empresa somos todos. Lo que me pudieras haber hecho a mí me resbala. Tus ataques no me llegan. Vos te creés que porque tenés una vida disipada sos superior a mí, pero no. Sos una ladrona. Y acá tengo las pruebas. A ver ahora, ladrona, preguntame por mi vida privada. Preguntame qué hice en el fin de semana. A ver, ladrona, chorra, alardeá de ser la amigota de Oscar, que no sé si no te lo cogerás también. Pero yo soy más que vos, sabés, porque yo soy honesta a los ojos de Dios. En cambio vos sos una madre soltera, y te vas de joda todos los fines de semana y le dejás tus hijas a tu pobre madre.

OLGA – Pero eso qué tiene que ver, Amalia….

AMALIA – Como sea. Sos una chorra, sos una corrupta, y tengo las pruebas en video. Ahora las voy a llevar a Gerencia…

OLGA – Oscar, por favor, no la dejes…

OSCAR – Esta acusación es muy grave, Olga. Lo que está diciendo Amalia es muy delicado, y además tiene pruebas. Perdoname pero no te puedo secundar en esto.

OLGA – ¿Quéee?

OSCAR – Amalia, creo que tu accionar es contundente. No hay muchas dudas al respecto, lo tenés en video.

AMALIA – Gracias, Oscar.

OSCAR – Pero ¿por qué pasar por una situación tan fea? Dejame que sea yo el que se encargue de llevar estas pruebas a Gerencia.

OLGA – No puedo creer lo que estás diciendo, Oscar

OSCAR – Callate, Olga. Ante la contundencia de la prueba ya no hay conversación posible. Amalia, pensalo. El que lleve estas pruebas a Gerencia seguramente conseguirá ese ascenso a Contaduría del que hablábamos. Vos no podés irte de acá. Vos sos imprescindible en Producción. Sos el alma de este taller. Este taller no podría funcionar sin vos. En cambio yo soy prescindible. Pensalo bien. Si me ascienden a mí, el beneficio es para los dos, Amalita. Estás tan linda hoy.

OLGA – ¡Sos un hijo de puta, Oscar!

OSCAR – Hagamos esto. Dame el video que yo lo llevo a Gerencia. Y después te invito a tomar un café y te cuento todo. Nos vamos de acá y nos vamos a tomar un café, y nos conocemos mejor. ¿Cómo puede ser, tantos años trabajando juntos y nunca nos fuimos ni siquiera a tomar un café? Que loco no….

AMALIA – ¿Nos vamos a tomar un café?

OLGA – ¡No le des nada Amalia!

OSCAR – Shh, Olga, no estás en condiciones de darle consejos a nadie.

(AMALIA le entrega el video a OSCAR, y éste empieza a irse)

OLGA – Oscar, no me hagas esto, por favor…

(OSCAR la mira, y se va. Quedan JOQUÍN matándose de risa, OLGA llorando, y AMALIA con una sonrisa esperanzada.)

AMALIA – ¿Viste? Me va a llevar a tomar un café…

 

F I N

 

 

Vicky Fernández / Rafael Solá

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