Leidy L. De La Rosa M.

Odio

 

Volví a verte de nuevo... 

 

Cómo hago para no odiarte si sobre mi piel están grabadas las huellas de tu insensatez.

Cómo olvido aquel 26 cuando te vi por primera vez, si al mirarme frente al espejo revivo aquellos días de desdichas y desventuras. 

 

Me gustaría borrar de mi memoria aquel viernes en el que me hundí [hundiste] en la miseria: cuando tu mirada encendió mi fuego e hizo surgir el deseo; cuando tus besos acallaron mis excusas; cuando tus manos aplacaron mi renuencia; cuando tu avidez hizo que toda negativa de mi parte desapareciera; cuando la oscuridad llenó la habitación y los dos éramos solo uno. 

 

Tu alma sofocó la mía con su toxicidad; 

el veneno de tus palabras adormecía todo intento de querer salvarme y de vivir; 

me dejé arrastrar hasta lo más recóndito del infierno donde me presentaste a tus demonios; 

fue necesario caer [literalmente] para despertar de aquel letargo en el que me encontraba. 

 

Hoy volví a verte de nuevo y mi odio surgió de manera inminente. 

 

Sé que volveremos a encontrarnos algún día... 

 

 

 

 

¿Te seguiré odiando para entonces?