Hoy es el día internacional de la mujer, otro invento más del tinglado consumista que hay montado. Todos los días del año son de la mujer y del hombre, y si me apuras hasta del cachalote. Por mi parte, hace tiempo que dejé de seguir este tipo de corrientes mercantilistas para apearme y observar desde la orilla el ritmo frenético de las sociedades actuales. Ya ni recuerdo mi último cumpleaños que celebré, es más, estoy seguro que de no ser porque necesito saber mi fecha de nacimiento para realizar algunos trámites burocráticos, ya la habría olvidado.
En realidad, no escribo hoy por el tema de la mujer o de los cachalotes, es otro asunto el que me ha animado a dedicarle unas palabras. Esta tarde he escuchado en la radio un dato que, no por ser recurrente, causa menos impacto en mí cada vez q algún medio de comunicación me lo recuerda. En resumidas cuentas, ni un directo de derecha de Mike Tison en su mejor época me habría dejado más sonado que cuando he oído a la locutora decir que cada cinco segundos muere en el mundo un niño de hambre. A punto he estado de atragantarme con el trozo de pan duro que me estaba comiendo.
Así de preciso, cada cinco segundos, ni uno más ni uno menos. En el tiempo que un afectado de eyaculación precoz tarda en colocarse un preservativo, habrán desaparecido de este mundo dos o tres ángeles, en su mayoría negros, como cantaba Machín, solo por el hecho de que les tocó en suerte haber nacido en el otro lado, en el lado oscuro. Para cuando haya llegado al orgasmo, y repito que me refiero a un hombre de gatillo rápido, la cuenta irá por treinta o cuarenta indefensas almas que habrán sucumbido al sufrimiento del hambre, preguntándose que habrán hecho mal para que la inanición se cebe de esa manera con ellos. Da lo mismo que sean negros, blancos o amarillos, todos comparten la misma inocencia y el mismo miedo en sus miradas. Y todo porque sus padres no tenían ni un condón que ponerse, como el eyaculador precoz. Es posible que la mayoría de estos progenitores desconozcan que los hijos sean fruto de las relacciones sexuales. Lo que más me ha indignado de la noticia en sí no es la propia noticia, que ya de por si es triste, sino que a continuación han citado a una oenegé para apelar a la \"fraternidad\" de los oyentes y hacer un llamamiento desesperado solicitando la colaboración desinteresada. Se aproxima la semana santa y los dirigentes de la organización no gubernamental necesitan recaudar fondos para poder gozar de su propia semana de pasión. Yo me pregunto qué porcentaje de los donativos les llegará a estas criaturas en forma de alimento, ¿no sería más eficaz para evitar estos genocidios consentidos repartir anticonceptivos o llevar a los paises del llamado tercer mundo programas de planificación familiar? Pienso que a ninguna persona se le puede negar el derecho a tener hijos, pero también se debería orientar a los más desfavorecidos sobre las consecuencias que puede acarrear traer un niño al mundo en semejantes condiciones. Tengo la certeza de que la mayoría de ellos no tendrían hijos sabiendo el riesgo que conlleva, dada su situación, o a lo menos, aceptarían someterse a hacerse la basectomía a partir de quinto vástago. Todo ello mientras en los países más desarrollados caen en picado los índices de natalidad, y los recursos del planeta se reparten cada vez entre menos personas. ¿Hasta donde llegará el egoísmo humano? ¿El futbolista que desde su isla privada hace una llamada de teléfono para donar a la causa unos miles de dólares y lavar así su conciencia o los gobiernos que podrían erradicar el hambre en el mundo dejando de fabricar aunque solo sea una pequeña parte de su armamento podrán dormir a pierna suelta? Será que yo veo las cosas de distinta manera a como las ven ellos, en el fondo hasta envidio su despreocupación.No resulta sencillo ser un ciervo en una selva de leones, pues se sufre demasiado. Lo que está claro es que los humanos somos depredadores despiadados. Los leones al menos actúan por instinto pero nosotros sabemos perfectamente en qué estamos fallando y aun así no ponemos remedio.¿No resulta una paradoja hilarante el hecho de que la palabra \"humanidad\" signifique, en una de sus acepciones, capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad hacia las demás personas?.