I
Tu luz preciosa y divina
Me enseñado que en la vida
Todo tiene su razón de ser
Y he podido comprender
Que cuando el cielo se torna gris
Y mis fuerzas quieren sucumbir
Tú me das tu mano amiga
Y con tu grata compañía
Me vas indicando la salida
De cualquier dilema o problema
Porque tu cariño limpio y excelso
Me enseño lo perfecto
De tu amor incondicional
Único, eterno y especial
De valor incalculable
Porque está lleno de detalles
Que no lo descifra la ciencia
II
Padre eterno y bondadoso
El mismo que sano al leproso
Con sus manos sanadoras
Aquel que saco la escoria
Que asfixiaba mi alma
Y me dio completa calma
En este mundo de tradición
Para mí es una bendición
Que tú seas parte de mi existencia
El pintor por excelencia
La más preciosa esencia
Que le da color a lo inerte
Y le da vida a lo no existente
Porque tu poder y majestad
Le da hermosos matices
Aquellas tardes grises
Que inundan la naturaleza
III
Porque la luz admirable
De tu hijo bendito
Me enseño lo exquisito
Que es estar en tu presencia
Buscando la única esencia
Que me ayuda a proseguir
Porque tú le das a mí existir
Mil maneras de adorarte
Y con mis versos puedo expresarte
Lo que mi corazón siente
Y que siempre estará presente
En mis lindas poesías
Porque tú eres mi rima
Mi soneto y mi canción
Mi prosa y mi melodía
Que me invita día a día
A admirar las maravillas
Que existen a mi alrededor
ENEIDA JOSEFINA BRAVO REALZA
POETISA DE JESUCRISTO
EL BAÚL-VENEZUELA
06/03/2.018.
09:20 a.m