Enrique Mundo

Mañana empezará

Mañana empezará el calor

de mis manos, mañana

abierta la ventana, en la noche,

dormiremos en extremos

porque agobia el calor

el calor, sí, al estar tan cerca

mi mano, siempre, antes

—que nos ven—, la ventana cerrada,

mientras nos sabemos a sal.