Verano Brisas

ABECEDARIO POÉTICO - N

Soy un NN para ti. Tú para mí,

inabarcable como la numeración,

como el amor de los enamorados,

como intento mirar el universo

cuando inicio esta mágica canción.

 

Amable, no lo niego, lo aseguro,

pero temo tu presencia muchas veces

porque tu vicio es el odio inveterado,

como afirman legendarios ocultistas.

 

Tu perfume es el Jacinto, me lo juran,

aunque mi olfato demuestra que tu olor

se nota siempre en la demonología

como signo superior de los tormentos.

 

Originas la palabra nacimiento,

que según el cáustico Ambrose Bierce,

es el primero y mayor de los desastres.

 

Además de dar nombre a la nariz,

ese puesto de avanzada en plena cara

que nos hace parecer ridículos

frente al honesto y perspicaz espejo,

también intentas recordarme al simio.

 

Designas el norte geográfico

y el conjunto de números normales

que van girando alrededor del cero,

o si alguien lo prefiere, que lo diga,

cuando lo haces descartando el mismo.

 

Símbolo eres de ese cuerpo insípido,

inodoro, incoloro, simple y gaseoso,

llamado nitrógeno por los especialistas,

igual que del prefijo nano

y de tres unidades de medida

que involucran la palabra newton.

 

Te sobras en valores, casi todos

piezas magistrales de la contradicción,

o paradojas que van a enriquecer

aparentes incompatibilidades,

en coexistencia con lo más ilógico,

pero lleno de misterio y beatitud.