Xabier Abando

Sopa de caracoles


Hace un día precioso para tender la ropa,

tras un largo diluvio, por fin, asoma el sol
puede que, por el campo, salga algún caracol,
si un puñado recojo, tendré para una sopa.

En tales pensamientos absorto y concentrado,
un molesto vocablo me llama la atención, 
me hace pensar en otros, tal como “recojón”
y reconozco que eso me tiene preocupado,

pues, si salir al campo me apetece un montón,
aunque antojo de sopa de caracoles tenga,
lo mejor será que yo de recoger me abstenga,
porque acaso, si me ven, me llamen “recojón”.

Se va a nublar el cielo, seguro que me mojo,
pronóstico que impone severas restricciones,
se me hace ya más fácil tomar las decisiones:
yo me quedo en casita y, a solas, me recojo.

© Xabier Abando, 01/03/2018