Alberto Escobar

Monteverdi

 

 

 

El himno de Gonzaga dibuja un silencio.
Velo de Maia que embruja la estancia.
Prima Donna de virgen presencia.
Trinan los dioses, lira en cadencia.
De ambrosía musa embriagada.
En su proclamar soprano angelada.
Venus campea, en su rostro retratada.
Apolíneo tenor, tronante réplica.
Botticelli a los pinceles, griega épica.
Orfeo en desespero, de amor vencido.
Eurídice renace, mortal ilusionada.
Vida vibrante, a los vientos borbotea.
Elixir de música, clamante platea.
El mito termina, la ópera comienza.