David Arthur

Khalid, (Tema de la semana)

 

 

Huyendo por instinto los pájaros volaron lejos

en la inmensidad de un cielo amaneciendo,

tiñado por colores pastel heraldos

de una majestuosa bola de fuego naciente,

un regalo vivificante de munificencia

para la humanidad

 

Khalid se despertó de su corto sueño

al escuchar lloriqueos constantes de sus

hermanos menores, supervivientes

en una casa dañado por la metralla,

su cobija andrajosa y sucia su único escudo

contra el frío de la noche

 

El más jóven ha mojado de nuevo su cama,

secuela de los años de miedo y trauma,

su mente cual un fusible fundido,

el gemido de duelo por la sangre derramada,

un jaque mate glorificado

un juego de pesadilla

 

Khalid había soñado con su libro de Camelot,

donde caballeros de honor rescataban doncellas

de las garras de ogros malvados,

y del valiente Parcifal quién con tenacidad

buscaba por muchos años  en todo el reino

por un reliquia de su fé

 

Con su inocencia Khalid se pregunta,

quién con caballerosidad en este mundo

 busca hoy en día  la solución a terminar

una vez por siempre esta vida de terror;

contrariamente a la tragedia mítica de Camelot,

la suerte de Khalid sigue siendo una realidad

 

David Arthur

La foto de la red