A veces siento que te inventé 
 en sueños que parecían verdaderos 
 y creo que un día despertaré 
 y no estarás en mi vida; 
 entonces pensaré querida, 
 que fuiste un invento de Eros. 
 
 A veces creo que mi fantasía 
 sobrepasa los linderos 
 terrenales de la mente mía. 
 Veo un ángel en una estrella, 
 entonces es cuando pienso, mi bella, 
 que eres el ángel de Eros. 
 
 A veces me siento ganador 
 y creo que mis logros no son perecederos. 
 De pronto, soy dueño de un amor 
 y se va para siempre la tristeza; 
 es entonces cuando creo princesa, 
 que eres la suerte de Eros. 
 
 Pero cuando te hablo de mí, 
 de mis sentimientos sinceros 
 y tú dices que \"sí\" 
 pero no es esa tu realidad, 
 conviertes entonces una verdad 
 en otra mentira de Eros. 
 
 Pero no eres un invento 
 ni el fruto de encuentros pasajeros, 
 eres el dolor, el amor que siento; 
 mi fortuna, mi melancolía; 
 ave nocturna que vino un día 
 a llenar los sueños de Eros. 
Original de Álvaro Márquez
 Caracas, Venezuela
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