¡Muero por un Verso!

LLUVIA CLEMENTE (LIRAS)

La busco en lontananza,

-un deseo plomizo-, tras la loma,

que colme la esperanza;

la busco y ya se asoma:

el cielo, todo entero, se desploma.

 

Ya resurge la vida:

detrás de los cristales resucita,

natural, bendecida,

incesante palpita;

ya, líquida y sonora, precipita.

 

Charcos y escorrentías:

la calle en erupción y la ladera,

también las ansias mías,

la ansiada sementera,

que a tu seno conducen y a la era.

 

Huele a pan, huele a lluvia,

a tierra virginal, grave y profunda…

Mansamente diluvia

y la tierra se inunda

bondadosa, carnal, honda y fecunda.

 

Se eterniza..., y en calma,

el ánimo apacigua y dulcifica,

 rejuvenece mi alma,

el barro panifica,

la atmósfera y el aire purifica.

 

¡Alivio de mis males!

¡Ay maná prodigioso!, (buen tempero),

que en grandes manantiales

de febrero hasta enero

completas la despensa y el granero.

 

Gonzaleja