Florencia Abril Olivera

El inocente

 

 

El minotauro

enamorado del laberinto

aprendió recorriendo

cada esquina

cada sombra

cada hora de luz

 

El minotauro

enemigo de su propia naturaleza

creaba charcos al imaginarse

y cuando al fin podía reflejarse

volvía a llorar

 

El minotauro

anhelador de las caricias de su madre

se contentaba con escucharla arrepentida

que prefería un perro por hijo

 

Conoció la amistad

en el sol

por ser el único

que no huía,

ya que aquellos muchachos

que de vez en cuando traían

daban vuelta despavoridos y morían de sed

 

El minotauro

sufrió miedo y esperanza

cuando conoció al héroe

 

Sufrió miedo y esperanza

cuando la espada lo apuñaló

 

El minotauro divino

se fue a jugar con el sol