ALVARO J. MARQUEZ

¿QUIÉN MANDA?

 

\"Los ojos morados los uso así,/ no es que ella me golpea,/ la verdad piensa muy mal de mí/ el que algo como eso crea\".

Yo mando en mi casa... si ella no está,
nunca sé de dónde viene ni adónde va
pues me deja todos los platos fregando.
Le doy todo lo que gano en la oficina,
y ella se viste muy sexy y muy divina
con el dinero que a diario le voy dando.

 

En la tele se ve sólo lo que ella decide,
si hay un juego me dice que me olvide
y pone el canal donde pasan su novela.
Vigila bien hacia dónde dirijo mi vista,
pues si acaso es bonita la protagonista
hasta de esa actriz de la TV ya me cela.

 

Es una mujer sensual y en verdad bella
y casi siempre procuro dormir con ella,
pero a veces me manda a dormir al sofá.
Discute y dice “ya no duermes conmigo”
y ya ustedes imaginan cuál es el castigo
y ya todos saben qué es lo que no me da.

 

Cuando invito a mis amigotes a la casa,
ella está pendiente de todo lo que pasa
y juega a las cartas y yo ahí, sirviendo.
A veces puedo llorar como un chiquillo,
porque sale siempre todo de mi bolsillo
el dinero que ella juega y va perdiendo.

 

Baila coqueta reggaetón con todos ellos,
se menea sensual y recoge sus cabellos
y mientras baila con su mirar me fulmina,
Mujer al fin, aparte de coqueta es mala
y quiere, cuando baila con ellos en la sala,
que yo para nada me salga de la cocina.

 

Maneja mis tarjetas y el celular me vigila,
ni si estoy en el trabajo se queda tranquila
y llama mil veces a preguntar cuándo llego.
El niño que tenemos es muy lindo, por Dios
y a veces lo vemos y coincidimos los dos,
se parece cada día más al vecino, no lo niego.

 

A todos digo que en mi casa soy quien manda
pero a veces no me funciona esa propaganda
que por promocionarme con la gente me hago.
Ella es la que ordena, me grita y dice ¡basta!,
es muy cara toda la ropa en la que ella gasta
pero eso al final le da igual porque yo lo pago.

 

No se crean que nunca tengo algo de libertad,
ella a veces se conmueve y siente cierta piedad
y me libra por ejemplo, de limpiar yo el piso.
Hasta generosa en ocasiones se puede mostrar,
por ejemplo este poema hoy lo pude publicar
porque ella, tan bondadosa, me dio su permiso.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Libro: http://goo.gl/YYLd72
Correo: [email protected]
Twitter: @poreros
Imagen: de Google