kavanarudén

Presencia - ausencia (reflexiones al viento)

 

Mirando el horizonte te recuerdo.
No puedo evitar preguntarme cómo estarás.
A los que se quiere, uno desea que estén bien. Que le sucedan cosas hermosas y se cumplan todos sus deseos.
En al vida me he encontrado con personas que les hacía falta una palabra de aliento: “te quiero”, “podrás lograrlo, confía en ti”, “sigue adelante”… Un abrazo sincero, una caricia, un beso en la frente.


Ser solo instrumento. Saber que estás en un momento concreto y que después seguirán su rumbo y quizás ya no sepas nada de ellos.
Es lo que yo llamo “presencia - ausencia”. Estar presente pero con la convicción que llegará un momento que ya no te necesitarán y seguirán adelante. Nadie es imprescindible. Todos somos pasajeros en este mundo de viajeros en busca de sus metas. Lo somos también nosotros. Por ello no me ofendo cuando alguien desaparece sin dejar rastros. Tengo la convicción de que di una mano en el momento justo y ya, tiene todo el derecho de extender sus alas y volar.


Eso no me priva de que, en la quietud de mis pensamientos antes de entregarme al sueño, en el otear el paisaje, en los atardeceres o amaneceres los recuerde con mucho cariño y eleve una plegaria por ellos, deseándoles siempre lo mejor de lo mejor, pues se lo merecen.
Quizás me recordarán en algún momento y una sonrisa espontánea ilumine su rostro, eso, eso no tiene precio o quizás no…. ¡qué importa! La satisfacción de haber vivido, de haber dado, de haber compartido, de haber aprendido en cada encuentro, tampoco tiene precio y es la base de una conciencia tranquila.


Todos somos pasajeros en este mundo de viajeros en busca de sus metas, lo soy yo también.