Lloraba, 
lloraba como si el sol ya no calentara las mañanas,
 parecía que sus lágrimas tuvieran el poder de cambiar el ánimo del universo, 
y caían relámpagos como si el mismo cielo intentara consolarla… 
Lloraba,
tanto, que la luna permanecía oculta.
y sus lágrimas parecían poesía de un loco suicida, 
de una solitaria gota en medio de un desierto. 
Ella lloraba.
Y Joder, que quería amarla. 
Pero mientras más cerca estaba 
una pared transparente detenía su abrazo, 
y entonces lloraba.