“Ayer guardé de mis recuerdos lo mejor,/ lo más íntimo, lo prohibido./ Como tristes lloviznas de amor/ y tempestades de olvido”.
Cuando el poema no quiere o se niega a salir,
 es como el viento cuando ya no desea soplar;
 uno porque no hay palabras de amor por decir,
 otro, pues no hay un “te amo” para transportar.
Es como si una planta se te negara a florecer
 o que el mismo Dios ya no aceptara tus rezos,
 que el sol dijera que no saldrá más al amanecer
 y a tu boca yo no pudiera robarle más besos.
Como si el mar ya no fuera indeciso y decidiera
 o que la luna ni con luz suya quisiera brillar...
 o que alguien que amas en sueños se apareciera
 solamente para pedirte que no lo vuelvas a soñar.
Cuando el poema no sale siempre hay una razón,
 oculto o de manifiesto me encuentro un motivo,
 será que en mis letras ya no se expresa el corazón
 o que simplemente, no puede creer lo que escribo.
Como tren que en sus paradas no quiere detenerse
 o un avión que aunque corra, su vuelo no levanta,
 alguna película romántica que ya no puede verse,
 canario que feliz te cantaba y que ahora ya no canta.
Cuando un poema no te sale o escrito no aparece,
 es porque ya la inspiración se te ha ido de viaje,
 como montaña que se pone triste y no reverdece
 porque ha dejado de creer que es un bello paisaje.
Poema que no sale es como muerto que no vivió,
 guerra que se perdió y el poeta no está en calma,
 tú que lees, crees que mi poema es éste que hice yo
 y no sabes que es el que se negó a salir de mi alma.
Original de Álvaro Márquez
 Caracas, Venezuela
 Derechos reservados
 Libro: http://goo.gl/YYLd72
 Correo: [email protected]
 Twitter: @poreros
 Imagen: de Google