Allan Steven Duarte

EN LA DERIVA

Las calles llevan el aroma de su pelo
como se lleva el viento las nubes tranquilas,
y la lluvia de pronto va a brisar mis ojos
con el triste llanto de la melancolía. 

Triste he visto el día ceder en tus pupilas
que pinta en tus iris el color del ocaso.
Arribo en la arena de tus suaves mejillas,
y me mojo en las olas negras de tus párpados.

No una, ni dos veces en mis sueños te vi
fugitiva en las fantasías de mis ansias,
queriendo volar conmigo en el mar sin fin
y abrazándome tiernamente entre tus alas.

¿Quién ha sido el hombre que en tu corazón calla
las palabras que un día tu amor suspiró?
¡Ay, en el silencio errática vaga mi alma!
Y que busca en tu boca una dulce canción.