“Y dime que duele más? Darse cuenta de que él sabía que te iba a dar vuestro ultimo beso o que ese ultimo te lo dio como si fuese otro más...? Cobarde por no dejar que me despida de ti. Cruel de ser consciente de que nunca más ibas a volver a rozar mis labios. Vil sabiendo que yo no tengo esa oportunidad. Despiadado por no devolverme aquel abrazo. Atroz por esa despedida muerta. Lacerante el recordar tu mirar antes de la tormenta. Sádico al saber que nuestros cuerpos no se volverán a unir. Pero a pesar de todo valiente.
Valiente por jugar, por seguir unas normas que no eran las tuyas, por cambiar o intentarlo. Audaz por saber como tratarme. Fuerte fui yo por aguantarnos cuando no podía ni con mi alma.
Lamentándome por una despedida no digna, llena de ira a sabiendas de que tu eras consciente y no hubo cambio alguno en tu ser, en tus actos, en tus gestos, en tu mirar. Y dime, no te duele el recuerdo de el último aliento que compartimos?”