Ya ha pasado tiempo desde ese último verso,
han pasado días de aquella última palabra,
esa empoderada gracia, esa latente ansia
Las emociones vivieron y nada captaron
solo disfrutaron, el sentir de una vida,
de esa que se va, y no se deja atrapar
El fervor de mi palabra me acosaba
en cada instante desprevenido se entonaba,
me inspiraba, me halagaba, pero la dejaba,
La superficial falacia de lo vivido
me llevaba a decir, mas no el transmitir,
hoy piso el pavimento firme y me sorprende
porque es muy denso, y yo muy propenso
Que las letras de mis versos se apoderen
de mis manos, de mi mente, de mi alma,
que se lleve todo, y no me deje nada,
Que el solo saber que soy parte de ella
es saber que existe libertad, libertad pura,
y que el verbo creado se dosifica
en cada emoción, en cada acción apasionada,
en el que disfruto palabra a palabra.
Ella suele extrañarme y yo necesitarla
el itinerario de una frase,
que recorren mi vena, que se mezcla con mi sangre
y que llena siempre mi alma.