Carol Elizabeth García Carroz

El ajedrez de un excitante amor

Relaje la pelvis. Y active las manos.

Rodéese como si de las paredes de mi boca se tratara, como si mis labios alrededor de su centro se deslizaran, tratándolo a usted mismo como si de chupeta se realizara.

Una cintura está posada encima de sus piernas, piel resbalándose con tanto líquido, dedos traviesos asegurándose de que la intención se cumpla, acariciando abdomen, y jugueteando húmedas con los labios...

Expanda la mente, de riendas sueltas a un mundo de imaginación, y que cada posición imposible se experimente en contemplación.

Tome mi centro, y póselo sobre usted, forma parte entonces, completamente de mi ser, haga música con su instrumento, y dirija una excitante canción, dónde sonidos agudizan, cada portentosa sensación.

Que mi cara quede enfrente de la suya, y una pared invisible evite el contacto de ambos pares de labios, están cerca, muy cerca, pero no hay choque, rostro se dirige a cuello, y lengua se pasea por la piel, un juego de movimientos ágiles como el ajedrez, lo aceleran sublime.

La pared se destruye, se desmorona, se deshace, se pulveriza con cada emoción, y el fuego se aviva en los labios de cada uno de los 2, pecho embriagado en palpitar, senos calientes como el mañana, varias caricias que envuelven el alma…

El movimiento se hace parte de nosotros, y nos embelesamos con el sentir, una magia corre por las venas, una que aviva el amor, y se lleva excitante con el deseo…

Palabras se contienen a la tentación del momento, pues las respiraciones y los sentires ya demostraban completos el apetito, la ambición carnal que ya desde hace mucho se traían. Un incontrolable flujo corría por su paisaje, y él se deleitaba con la lluvia de su manantial, pues parecía que desde hace mucho agua no caía de ese cielo blanco en precipitación.
Manos cual pinceles pintaban un camino de placer, y junto con los latidos estremecían al ser.

Gotas de pintura se deslizan esperando ser expresadas con su pincel, el tacto de la punta con la piel.

Un lienzo tostado ansiando ser trazado. Las yemas las celdas del pincel, garabateando codicias de ayer, mostrando toda aquella necesidad, ese deseo cargado desde hace mucho tiempo atrás.

Un arte de pasión extendiéndose en cada milímetro, era un deleite cada pequeño centímetro, espalda larga de afables curvas, senos dulces como la miel, parecían tallados en delicadeza con martillo y cincel, era pecado tan sólo ver esos ojos verdes brillar, cerrándose con cada gran majestuosidad.

Dos piezas destinadas para encajar, en alguna pequeña oportunidad que les diese la vida… Rayos de luna entran espléndidos por la ventana, y se reflejan en blanco sobre su tez, delineando perfectamente cada partícula de mujer.

Una bestia se ha desatado, pupilas se dilatan, frenesís en descontrol, largas uñas blancas rasguñando todo a su camino, un orgasmo estaba manifestándose, era un arte duro, plasmándose, aullidos de incontrolable delicia, ella fonetizaba con cada minuciosa caricia.

Respiraciones fuertes como cardio en día caliente, la aburrición esa noche estuvo todo el tiempo ausente. Brazos rodeando pecho, ambos corazones se sentían palpitar, y ellos sus alientos suspirar y exhalar.

Nuevamente se ha creado una pared, una mucho más fuerte e insolente, una mirada penetrante los hipnotiza a ambos, y embelesados ya por el sonido de su respirar, alguien debía esa barrera destrozar, las manos de él se posan en el centro de ella, un candado se había roto con la desatadura de la primera bestia.

Aquellos pétalos de tiempo, compartieron espacio con los pétalos recién retoñados. Una rosa roja acababa de devorar una rosa blanca. Quedó intacta dentro de esa naturalidad, solo que su blanco se ha tornado rosa. Un beso se volvió lujuria, dando inicio a una nueva partida, aquella posición inicial debía ser cambiada. Hombre levanta a mujer de su zona central, y la apoya justamente enfrente de un muro, su mano izquierda en espalda, mano derecha en pared, peón mata torre, jacke.

La intensidad se ve en cada movimiento, y el sudor se combina como coctel, la inmensidad de deseos era insaciable, el sumo de su pasión recolectable, como elipsir de vida algún día funcionaría.

Como martillo a clavo, presionaba con fuerza y delicadeza, para que ningún dedo saliese lastimado. Torre mata caballo, una nalgada se ha dado: Jacke mate, reina mata a rey… Un gemido estruendoso y excitante.

Hombre voltea a chica, y la coloca justo en frente de sí, ctrl z, caballo mata alfil, un roce en la flor más bella del jardín… reina mata peón, ella lo muerde y el disfruta como campeón. Rey paso diagonal, una gota de sangre cae en su silueta, un labio había estallado con tal chupar, como frambuesa al ser exprimida por 2 dedos sin piedad.

Uno de ellos aún faltaba por llegar, peón llega a primera línea, reclama a reina negra, Jacke, se desliza paso a paso por el centro de su piel, hasta llegar a la parte baja de su abdomen, superficie húmeda resbala ligera sobre otra, lengua empapándose de delicado barniz, de la pintura que la punta de sus dedos ya habían de sentir, labios ahora esponjas de miel, recolectores del néctar que fluía sublime, esparcían cada gota como huella de identidad llena de tinta, la marca de carnosos y pequeños labios quedaba sutil formada en sus piernas de marfil, nada con tal valor, aquella pequeña era una gran sensación.

Una piedra nunca tan dura como su roca en aquel momento, ansiaba ser lanzada de nuevo al agua y sumergirse, surcando en el profundo del mar, necesitaba poner en Jacke a quien lo oponía, a quién lo tenía en desventaja desde hace ya varios días.

Peón mata peón, cada vez menos piezas en el juego, lengua en superficie de placer, invadiendo cada pequeño y remoto lugar, adentrándose en su aún pequeña cavidad, oídos atentos a cada suspirar, un miembro erecto por no haber nada similar. Un escalofrío corre por ella, otro caballo mata a su alfil, estaba a punto de poderse venir. Manos de él detrás de sus piernas, apretando con fuerza, poniendo resistencia, “No sabes cómo amo tu presencia”, se corrió como un cause trancado que ha sido restaurado.

Con emoción se han dado otro beso, manos sobre rostros, cuerpos colisionándose como planeta y sol, una gran y asombrosa explosión, torre y reina acorralan al rey, se había culminado todo de forma increíble.

Juego terminado.

Un rey exhausto, y uno acabado. Ambos en el sofá cubiertos de su humedad, del amor, y la excitación de la ocasión. Una noche de persianas abiertas a la luz de la luna, frío del clima, calor del momento, una atracción que iba en aumento.

Jacke Mate. <3

20-21/04/2017…

Carol Elizabeth García Carroz

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