Dulce

Que negligente...

 

Que negligencia tiene el destino

al controlarme a cada hora

se cree con el poder de dirigirme

cuando estoy despierta y me honra.

Cree que no puedo sanarme

cuando he curado mis heridas

sin pastillas, ni conservantes

y continuo sin anestesiarme.

Que negligente es el destino

que quiere inmortalizarme

pretende que llore mi vida

sin rasguño ante la muerte.

Tengo tan pulido este ego

que el destino será infeliz

porque ante él no me doblego.