Alejandro José Diaz Valero

La silla...

 

Sentadita en su silla

la niña, todo veía

y sus lágrimas caían

mojándoles las mejillas.

Ella como toda niña

salir a jugar quería

junto a Rosa y a María,

pero no pudo, ¡que pena!

porque su silla de ruedas

de verdad se lo impedía.