Max Hernandez

Sueños...

Todos tenemos sueños, buenos o malos, grandes o pequeños, a colores o en blanco y negro,

En todos los idiomas, en todas las edades, sin importar raza o sexo,

Todos, sin excepción, tenemos sueños...

 

Pero, en algún momento de nuestras vidas, por alguna razón desconocida,

O quizá conocida, sin mirar hacía atrás, sin pena ni remordimientos,

Dejamos de luchar por ellos...

 

Qué no empuja a esto? Por qué dejamos atrás todo ese entusiasmo

Y todo ese empeño que poníamos para conseguir hacer realidad ese anhelo?

En qué momento dejamos de pelear, como un pez que, habiendo mordido el anzuelo,

Deja de luchar por liberarse y se entrega, ya sin pelear, a su destino incierto?

 

Es la vida real! Nos decimos una y otra vez, para justificar nuestro comportamiento.

No vives de sueños! En la vida tienes que comer, conseguir éxitos, si quieres

Seguir viviendo! Y todo eso, todo eso, no se compra con sueños! O con solo deseos.

Todo eso se consigue con Dinero!

 

Cuantas veces he escuchado esto... Y tantas otras he querido hacer oídos sordos

Y seguir bregando por mis sueños, seguir soñando, seguir disfrutando de ellos.

Pero...

 

Siempre hay un pero. Siempre existe el miedo a lo desconocido,

Siempre existen las voces \"amigas\" que te dicen: cuidado!

No vayas a caer en ese precipicio, no te vayas a lastimar!

Recuerda que muchos ya han caminado este sendero...

Y es el sendero más conocido y más seguro a aquel

Que quieres tomar. Es mejor seguir a la manada!

No seas ingenuo, que de soñadores, están llenos los cementerios!

 

Es tan fácil seguir viviendo. Es tan sencillo mantenerse fiel a la cadena

Que nos ata a nuestro sublime cautiverio. Es tan simple ser dócil

Y hacer lo que nos indica el domador. No habrá castigos, no.

Tendremos recompensas al hacer todo lo que nos dicen, y quizá un halago,

Y hasta quizá, un pequeño y cariñoso gesto, si no intentamos liberarnos

De esa pequeña cadena, que nos ata a nuestro sublime cautiverio...

 

Podré romperla algún día? Si tiro con fuerza, cederá a mi intento?

Será tan fuerte el domador, que logre vencer a mi esfuerzo, y atarme nuevamente

A esta amable cadena, que me sujeta a este pequeño madero?

 

No puedo creerlo! Se ha roto, a un mínimo esfuerzo!

El domador ha huído despavorido!

Allá voy, mis sueños! Soy libre nuevamente, esperen por mí

Que ya estoy corriendo...