Sabrina Walter

Morir para vivir.

 

Cuando paseaba yo

por ese bello lugar,

vino hacia mi mente

tu cara de felicidad.

Como un verdugo

es a la horca,

su malestar 

no es para mí

y como a la espuma del mar

yo lo dejo ir.

Me sacrifico por él

dejando mi corazón molido,

para que vos seas feliz

como yo nunca lo he sido.

Para yo ser feliz

debes dejarme ir.

¡Ay, que cruel es la vida!

para vivir debo morir.