Hebert Ruiz

Las ocho menos cinco

Me mantengo en mi lugar

Donde las luces lucen como danzarinas

Donde el humo del cigarrillo es habitual

En estas calles aceleradas

Extasiadas por la droga visual: por pantallas que te dejan inmóviles

Haciéndote imbécil

Perdiendo sonrisas, caras puras en la nieve

Besos sinceros que se desperdician

Al quedar sin receptores

y solo quien los recibe se hace dueño

Adentrando en el verdadero universo

En la magia de hablar y gastar saliva

De ser un verdadero humano entre los humanos

De relegar las angustias por los placeres

De ser puntal a la hora de hacer el amor en diferentes lugares

De enlazar manos en un sitio donde jamás hubieses estado si no fuese con la persona que amas

Porque al final, puntual es la muerte y pocos lo creen

Pocos corren por diversión y no ven la inmensidad del mundo

Pocos saben que aquí sí se puede ser feliz

Se puede ser puntual

Muy pocos saben que la eternidad comienza desde aquí

 

Hebert Ruiz

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