Yvette Nino

Lamento de Isaac a Rebeca (bíblico)

LAMENTO DE ISAAC

 

Mujer mía, al conocerte, sin saberlo yo esperaba

que calmaras el dolor de mi alma lacerada,

mas no fuiste la culpable si tu amor no lo lograba,

ya que tú no conocías todo el miedo de mi entraña.

Miedo que muerde sin tregua,

miedo que  araña sin pausa, 

que malogra mi alegría y te convierte en extraña.

 

 Mi padre me llevó un día, con dos siervos de la casa,

por la tierra de Moriah y un burrito con su carga.

 Por tres noches caminamos por un sendero de grava.

-¿Adónde nos llevas padre?

-A la cima más lejana.

  Grande fue mi desconcierto cuando noté que lloraba.

  El paso de las tres lunas sus facciones demudaba.

  Al avistar la montaña,dejó atrás a los criados

 y agravó con muchos leños 

 mis hombros adolescentes.

  -¿Y qué haremos solos, padre?

  – Sacrificar y orar quedos...

 -¿Sin la ayuda de sirvientes?¿ Sacrificio sin  
    cordero?

   Y al ver su mirada triste y sentir todo su miedo,

   con los labios apretados no dije:¿soy el borrego?

    Ni grité:¡soy tu hijo amado… la risa de tu vejez!,

    soy Isaac, hijo de Sara… el hermano de Ismael.

     Sellé mi boca de niño, callé y sin detenerlo

    dejé que me atara inerte,

     al altar sobre los leños.

    Su brazo blandió el cuchillo

    sobre mi   trémulo cuerpo,

    cuando una Voz que tronaba,

    me quitó el conocimiento.