argantonio

Reina de mi tierra

Esos frutos ocultos prometían,

manteniéndose firmes en la holgura,

ondulando del vestido la lisura,

dos ofrendas generosas me atraían.

 

Cuanta blancura lucían,

y el rosa de sus mejillas con dulzura,

aquella pureza salvaje sin mesura,

a sueños reales me devolvían.

 

Ay, campesina de la sierra,

cuerpecíto blanco que brilla,

entre olivos callados y confidentes.

 

Eres reina de mi tierra,

meta de mis besos en la orilla,

bajo los álamos tus besos son palabras siléntes.