No te pedí me quisieras
ni me porté como santo,
me atrajo tu dulce encanto
y tus risas hechiceras,
fueron horas placenteras
cuando a mi lecho venías
en mi pecho te dormías
toda llena de ternura
vivimos la gran locura
que con pasión me ofrecías.
Hoy me dices \"mercader\"
de esperanzas, de ilusiones,
dices rompo corazones
solo por puro placer.
Pero tu debes saber
que siempre apuesto a ganar
y que mi forma de amar
es sin grillos ni cadenas,
pero ahora me condenas
por no quererme quedar.
Te parezco insoportable,
engreído, vanidoso,
insensible, caprichoso,
sumamente despreciable,
con carácter inestable
cambio siempre de mujer
y que debo de tener
en el alma dura roca
porque nadie me provoca
amor eterno ofrecer.
Si te sirve de consuelo
diré que fuiste especial,
con sonrisa angelical
me llevabas hasta el cielo,
mas no detiene mi vuelo
el fuego de una pasión
mi tropical corazón
no se cansa de volar,
si pena puedo causar
pido me den su perdón.
Puede te parezca ingrata
esta manera de ser
con el tiempo podrás ver
que ninguna pena mata
y pasando tu rabiata
de mi te vas olvidar,
y volverás a soñar
con ese amor esperado
seré tan solo pasado
que no querrás recordar.
Autor: Aníbal Rodríguez.